Una conmoción cerebral es una forma de lesión cerebral traumática (LCT) que afecta al funcionamiento del cerebro. Estos efectos pueden ser a corto plazo, durando sólo unas horas o días, o pueden provocar problemas a largo plazo. Las conmociones cerebrales pueden ser leves, moderadas o graves.
Las conmociones cerebrales se producen como resultado de un golpe traumático en la cabeza. "Cuando alguien sufre una conmoción cerebral, el cerebro puede chocar literalmente contra el interior del cráneo, lo que puede desgarrar los vasos sanguíneos y provocar hemorragias o daños en el propio cerebro", explica la doctora Sarah Menacho, neurocirujana y especialista en cuidados neurocríticos de οƵ of Utah οƵ.
Efectos a largo plazo de una conmoción cerebral
Independientemente de cómo se produzcan, las conmociones cerebrales lesionan el cerebro en cierta medida y requieren tiempo para curarse. Una lesión cerebral, incluso la más leve, puede tener efectos a corto y largo plazo. Los efectos de una conmoción cerebral pueden ser sutiles y cambiar con el tiempo. Los síntomas pueden durar días, semanas o más.
Los efectos de una conmoción cerebral son acumulativos. Menos de la mitad de los adultos diagnosticados con una conmoción cerebral moderada o grave, recuperan el nivel de funcionamiento anterior a la lesión un año después de ésta. Afortunadamente, la mayoría de las personas ven cómo los síntomas desaparecen en unas pocas semanas. Sin embargo, cuantas más conmociones cerebrales se sufran, más probabilidades hay de sufrir consecuencias a largo plazo, sobre todo si no se da al cerebro tiempo suficiente para curarse entre una lesión y otra.
"Estamos empezando a saber que quizá estos golpes aparentemente menores en la cabeza, cuando son acumulativos, también pueden provocar depresión y cambios de comportamiento", afirma Menacho. "De hecho, creemos que algunos suicidios pueden estar relacionados con el daño cerebral que resulta de múltiples conmociones cerebrales”.
Cuándo acudir al médico por una conmoción cerebral
Menacho recomienda acudir al médico uno o dos días después de sufrir un traumatismo craneoencefálico, aunque no requiera tratamiento de urgencia. Esto puede ayudar a reducir el riesgo de que los problemas a corto plazo asociados a las conmociones cerebrales se conviertan en problemas a más largo plazo.